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viernes, 25 de octubre de 2024

SENSIBILIDAD, ILUSIÓN Y UTOPÍA: LA INQUEBRANTABLE NECESIDAD DE SER


“¿Cómo voy a creer, dijo el fulano,
que el mundo se quedó sin utopías?

¿Cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer, una tristeza?

(…)

¿Cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera,
que el mar es nadie,
que la noche es nada?”

Mario Benedetti (1920 – 2009). Uruguay
De “Utopías”


“Y si fuera pintor, ¡con qué cuidado,
con mi pincel, por el amor guiado,
diluiría en la cándida vitela

de un abanico tu sutil figura,
entre el rosa fragante y la frescura
de un florido paisaje de acuarela”

Francisco Villaespesa (1877 – 1936). España
De “Utopía”


Foto de Javardh en Unsplash
A lo largo de mi ya extensa vida, en más de una ocasión he tenido que elegir entre ser realista, plegándome al pragmatismo y la practicidad, o ser fiel a mi sensibilidad e idealismo. Lo primero me hubiera permitido una vida tranquila pero renunciando a ver mi esencia humana aflorar en ella. Lo segundo me ha llevado siempre a la utopía en un camino lleno de imposibles y decepciones.

¿Por qué siempre el idealismo y la utopía? Porque las utopías son sueños y no sé vivir sin sueños. Mejor dicho: no sé vivir sin gozar de la ilusión de creer que hay algo mejor que la actual realidad humana. Necesito ilusionarme y entregarme apasionado a lo que hago. Y solo puedo conseguirlo teniendo fe en que es posible algo mucho más bello y bueno. Cuanto mayor es mi utopía, mayor es mi ilusión y mayor mi alegría. Y al igual que un niño, más urgencia siento y mayor es mi entrega.

¿Y no ha sido un problema? ¡Siempre! Desde niño… Amar y sentir, así de sensible e idealista, suele tener el premio de la herida. Infinitos… Y soñar así de utópico suele tener la recompensa del fracaso. Infinitos, también… A nivel social, incomprensión y, hasta cierto punto, aislamiento, algo que comprendo y con lo que no me siento incómodo.

¿Y del amor, qué digo? Una utopía más, la más bella. La que me ha traído los momentos más dolorosos, también los más deslumbrantes. Pero nada ha cambiado.

Nada ha cambiado… ni cambiará. No sé vivir sin entregarme ilusionado… como un niño.


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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Citrine - Winds Across the Hills
(por Citrine)



viernes, 4 de octubre de 2024

ALMA, SENSIBILIDAD Y BELLEZA: MÁGICO MISTERIO…


“No puede un alma ver la belleza
sin haberse hecho bella”

Plotino (205 – 270)


Foto de dominik hofbauer en Unsplash
Algo, o alguien, es bello porque tiene la capacidad de emocionarnos de forma positiva y agradable. El encuentro misterioso y mágico con la belleza nos llena de excitación, de entusiasmo y de alegría. En cierta forma, todo lo bello tiene el poder de cautivarnos y de enamorarnos, hasta cierto punto.

Pero solo podemos ser impresionados por la belleza gracias a nuestra propia sensibilidad. Cuanto más sensibles somos, más abiertos estamos para descubrir la belleza, ser impresionados por ella, y celebrar felizmente el encuentro. Incluyendo la maravillosa belleza de los detalles, que tan desapercibida pasa.

Podemos decir que somos impresionados por la belleza solo cuando esa belleza, de algún modo, vive latente en nosotros mismos. Visto así, la alegría que se produce al reconocer la belleza es, realmente, la alegría del reencuentro: la alegría de volver a unirnos con algo que sentimos que forma parte de nuestra vida con amor y alegría.

Por el contrario, si nuestra sensibilidad es menor, la belleza pasa desapercibida ante nuestros sentidos. Sorprendentemente, es como si no existiera. O, como decía hace años, es como si nuestros ojos no estuvieran capacitados para verla. Ciertamente, en estos casos, nuestra alma no está preparada para emocionarse ante su presencia.

La sensibilidad es ese misterioso y mágico resorte que permite emocionarnos ante la grandeza de todo aquello que es y de todo aquello que existe, dando sentido a nuestra vida. Más allá del grado de sensibilidad que tengamos, educarla nos permitirá ir accediendo a experiencias y mundos tan desconocidos como fascinantes.

Abrirse a la belleza sin condiciones ni límites es garantía de una vida plena y dichosa.


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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Charlie Ryder - Two Weeks Away
(por Tar Blanche – Tema)