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viernes, 4 de octubre de 2024

ALMA, SENSIBILIDAD Y BELLEZA: MÁGICO MISTERIO…


“No puede un alma ver la belleza
sin haberse hecho bella”

Plotino (205 – 270)


Foto de dominik hofbauer en Unsplash
Algo, o alguien, es bello porque tiene la capacidad de emocionarnos de forma positiva y agradable. El encuentro misterioso y mágico con la belleza nos llena de excitación, de entusiasmo y de alegría. En cierta forma, todo lo bello tiene el poder de cautivarnos y de enamorarnos, hasta cierto punto.

Pero solo podemos ser impresionados por la belleza gracias a nuestra propia sensibilidad. Cuanto más sensibles somos, más abiertos estamos para descubrir la belleza, ser impresionados por ella, y celebrar felizmente el encuentro. Incluyendo la maravillosa belleza de los detalles, que tan desapercibida pasa.

Podemos decir que somos impresionados por la belleza solo cuando esa belleza, de algún modo, vive latente en nosotros mismos. Visto así, la alegría que se produce al reconocer la belleza es, realmente, la alegría del reencuentro: la alegría de volver a unirnos con algo que sentimos que forma parte de nuestra vida con amor y alegría.

Por el contrario, si nuestra sensibilidad es menor, la belleza pasa desapercibida ante nuestros sentidos. Sorprendentemente, es como si no existiera. O, como decía hace años, es como si nuestros ojos no estuvieran capacitados para verla. Ciertamente, en estos casos, nuestra alma no está preparada para emocionarse ante su presencia.

La sensibilidad es ese misterioso y mágico resorte que permite emocionarnos ante la grandeza de todo aquello que es y de todo aquello que existe, dando sentido a nuestra vida. Más allá del grado de sensibilidad que tengamos, educarla nos permitirá ir accediendo a experiencias y mundos tan desconocidos como fascinantes.

Abrirse a la belleza sin condiciones ni límites es garantía de una vida plena y dichosa.


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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(original autentificado)



Charlie Ryder - Two Weeks Away
(por Tar Blanche – Tema)



viernes, 20 de septiembre de 2024

PRESUMIR DE REBELDIA: LO PRIMERO, SER REBELDE CON UNO MISMO


“¿Cuándo pondremos fin a la locura de hacer continuamente
lo mismo y esperar resultandos distintos?
La autocrítica permite el cambio”

Martha Beck (1962 - …). USA

“En la crítica seré valiente, severo y absolutamente justo
con amigos y enemigos. Nada cambiará este propósito”

Edgar Allan Poe (1809-1849)


Hay dos frases que son dos hitos en la sabiduría humana, y que exponen de diferente manera lo que en esencia es lo mismo:

“No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”
Confucio (551 aC – 479 aC)

“Ama al prójimo como a ti mismo”
Jesús de Nazaret (4 aC – 30)


Foto de Siora Photography en Unsplash
Y creo que las dos definen sabiamente la mejor actitud posible del ser humano hacia los demás, aclarando que no debe haber diferencia respecto de la actitud con uno mismo.

Vivir implica necesariamente conocer “lo que hay”, en nosotros y fuera de nosotros, así como posicionarnos respecto a cualquier aspecto de la vida, algo que hacemos constantemente. Aclarar que una forma de posicionarse es no posicionarse porque nada es neutral en la vida. La neutralidad nunca es neutral.

Posicionarse es imprescindible, tanto desde un punto de vista ético como práctico. Y esto nos lleva directamente a que debemos valorar, cuestionar, criticar, juzgar (y, en base a ello, tomar decisiones). Todo ello tiene muy mala fama. Se ha levantado una mano negra que tiene mucho de prejuicio, y que resulta muy dañina, en mi opinión. Lo honesto no es dejar de valorar, cuestionar, criticar, juzgar… Eso es, al contrario, deshonesto. Lo honesto es hacerlo sanamente, con buena voluntad y buen juicio. ¡Empezando por uno mismo! La sana autocrítica no está muy de moda en el mundo Occidental y, sin embargo, es esencial para la salud mental y la justicia interpersonal y social.

Yo intento seguir unas sencillas pautas de comportamiento. Para hacerlo más práctico, todos esos términos utilizados anteriormente los resumiré en la palabra “crítica” Esas pautas son, más o menos, las siguientes:

  • Intentar criticarme a mí mismo antes de que lo hagan los demás. Hacerlo honestamente, lo más objetivo que sea posible (dentro de nuestra subjetividad), nos permite replicar con sólida fundamentación las críticas recibidas, o aceptarlas con humildad y buena disposición para corregirnos. Eso no significa que haya que aceptar las críticas ajenas por el hecho de recibirlas. Como he dicho: honestidad y humildad.
  • No ofenderme con las críticas que recibo, ni siquiera cuando se realizan con mala fe o faltando a la verdad. Eso no evita que haya críticas que duelan, ya sea porque faltan a la verdad o, al contrario, por confirmar una mala actuación mía. Pero como dice otro de mis principios, “mejor arriesgarse a vivir, y equivocarse, que esconderse y renunciar a vivir, a cambio de no exponerse al error y la crítica”. Lo importante no es ser infalible, sino aprender de los errores y reconocerlos con honestidad y humildad.
  • Las críticas son provechosas incluso cuando no son sanamente realizadas. Todas permiten tomar decisiones mejoradas o enriquecedoras. Si se trata de críticas ciertas (se hagan con mejor o peor intención) me dan la oportunidad de conocerme mejor y mejorar algo en mi vida. Si se trata de críticas realizadas faltando a la verdad y con mala intención, me indican de quién me debo alejar.
  • Las críticas que más confianza me dan y que más escrupulosamente atiendo son aquellas realizadas por personas que compruebo que se critican a sí mismas con honestidad. Su buen juicio suele ser exquisito y especialmente provechoso.
  • Además, nunca olvido que mi personalidad puede ser mejor o peor aceptada. Nunca contentaré a todos con mi forma de ser, pero será muy raro que no sea aceptado por alguna persona. Está muy de moda ser popular, pero la popularidad nunca debe ser un fin en sí mismo, sino el sano resultado de lo que soy y de cómo vivo. Y la popularidad no fundamentada y que se basa en la ocultación o el engaño suele tener un recorrido muy corto. Por último, añadiré que vivir para ser popular (algo muy corriente en la actualidad) es encerrarse uno mismo en una horrible cárcel: no hay libertad, y se hace un ser ficticio de uno mismo.

Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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(original autentificado)



Airia - High On Words
(por Skyline Audio)



jueves, 29 de agosto de 2024

REBELDÍAS… LA TRAMPA DE LA RAZÓN
(y homenaje a Alfonsina Storni)


FRASE

Fuera de ley, mi corazón
a saltos va en su desazón.

Ya muerde acá, sucumbe allí,
cazado allá, cazando aquí.

Donde lo quiera yo dejar,
mi corazón no se ha de estar.

Donde lo deba yo poner
mi corazón no ha de querer.

Cuando le diga yo que sí,
dirá que no, contrario a mí.

Bravo león, mi corazón
tiene apetitos, no razón.

Alfonsina Storni (1892 – 1938). Suiza / Argentina


Rebeldías...
La primera, ¡ante el cáncer!
Este maravilloso poema de Alfonsina Storni ―que nadie destaca pero que para mí es el mejor― no debería haberse llamado “Frase”, sino “Declaración”, pues es toda una declaración de principios que hizo en la madurez de su vida. Y puedo asegurar que su voz alimenta mi inconformismo y mi rebeldía. Entre razón y pasión (mente y corazón), siempre elegiré a la última, aunque no desprecie a la primera, que será solo un recurso secundario y accesorio. Si vivir es sentir, la pasión dicta el destino, y la razón, bien instruida, busca el camino.

Si he de ser libre, he de seguir el pulso de mi corazón, arriesgarme a los extravíos de sus pasiones y locuras, embarcarme a un destino incierto en la nave de sus intuiciones, descubrir mis más ocultos sueños con la ayuda de la imaginación.

¿Y la razón? Un compañero de viaje aún más peligroso que el corazón, pues si bien me puede dar medida de todo aquello que es cauto y prudente ―y recordarme eso otro para lo que sanamente me comprometí―, también puede ser angustiosa cárcel en la que asfixiar mi vida.

La razón puede ser excusa tras la que esconder la vida. Pretexto para no sentir, para disimular miedos a uno mismo sin superar el miedo a vivir. Puede ser la coartada perfecta para una esclavitud autoimpuesta. Entregarse así a la razón es otra locura, aún mayor.

El corazón es pájaro que muere si se le hace vivir enjaulado, entre los fríos barrotes de la razón. Pero el corazón debe descubrir sus límites y empeños con ayuda de la razón.

La razón es disciplina y sometimiento. El corazón es libertad y rebeldía. Mi corazón debe ser libre y apasionado, pero necesita de la razón para no extraviarse en medio de la confusión. Y precisa de la rebeldía para no caer encadenado y sumiso en las traicioneras redes de la fría lógica de la razón.

Insisto, ¿y la pasión? ¡Puro deleite del auténtico vivir! Y aunque parezca ilógico decirlo: ¡razón de vida!


LA TRAMPA DE LA RAZÓN
(Homenaje a Alfonsina Storni)

Mi razón dice que mate
antes de ser muerto,
pero mi corazón
me aconseja que muera
antes de que pudiera matar.

Hay rebeldías honestas
que me exigen abrazar
decisiones funestas:
renunciar a mi propia vida
si ello fuera preciso,
accediendo a tan dolorosa entrega.

Y yo lo acepto
en contra de la razón,
ya que de no seguir
este doloroso precepto
que ahora reivindico,
daría vida a mi cuerpo
ofendiendo a mi corazón,
pues yo ya no sería yo,
y mi alma habría muerto.

Emilio Muñoz


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
(original autentificado)



Maryna Buksha - Premier Bal (4-4) (Philippe Antomarchi)
(por Philippe Antomarchi)



domingo, 25 de agosto de 2024

SOY LIBRE…
(SUPERAR EL MIEDO A VIVIR, PENSAR Y SENTIR)


“No es «el miedo al desamor por donde sangra el mundo», como dijo
el buen poeta gaditano, José Manuel Caballero (1926 – 2021),
sino el miedo a no saber qué hacer con la propia vida
en situaciones de riesgo…
A no saber encontrar la forma de sobrevivir, pensar y sentir
sin renunciar a la propia sensibilidad, en el caso de que un día
hubiera que afrontar la vida sin contar con nadie más…
Apostando por la vida sin temor a lo que pudiera pasar,
sea lo que fuere”

Emilio Muñoz


Foto de Bruno Guerrero en Unsplash
No temo al miedo
aunque tenga que vivir
con tan asfixiante compañero,
pues como una enfermedad
en sus tóxicas entrañas
vive la semilla de la ansiedad.

Y bien digo
que no es el peligro
el causante de tanto mal
en el mundo y a la humanidad,
sino el temor al miedo
que distorsiona la realidad;
el mismo mal que cercena
nuestra confianza
y ofende nuestra dignidad.

Y me reafirmo en no caer
en el grave error
de luchar contra esos fantasmas
buscándolos en el exterior,
cuando solo mi mente
de su traición puede ser causa.

Y vengo a declarar
que solo de mi depende
vivir en libertad;
que no es una elección
que de otros penda,
pues yo soy el que elijo
lo que es por mi deseado vivir,
que no es una ofensa
escoger lo que prefiero pensar
y darme la libertad
de dejarme guiar
por mi auténtico sentir…
Por todo aquello que nada
ni nadie me puede robar.

Pienso y siento…
Siento y pienso…
Y la misma curiosidad
que a lo largo de mi vida
ha alimentado mi conocimiento,
y me empujó a vivir lo que siento,
me regala, ahora y siempre,
mi libertad.


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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(original autentificado)



Kyle Preston - Fear Not the Water
(por Kyle Preston)



viernes, 16 de agosto de 2024

UNA MIRADA MENUDA Y TRANQUILA…
(SORPRESAS QUE DA LA VIDA)


“Llamábamos a la tierra
una de las flores del cielo,
y llamábamos al cielo
el infinito jardín de la vida”

Friedrich Hölderlin (1770 – 1843)
De “Hiperión”


Imagen propia
A veces, cuando menos lo esperamos, la vida nos sorprende con su magia… ¡Hay que tener los ojos bien abiertos para que no pase de largo!

El 4 de Junio de 2023 narré el sorprendente encuentro con un gorrión ("El viejo gorrión. Una historia trivial") Un hecho que ocurrió en el verano de hace unos cuatro o cinco años, y del que no tengo imágenes.

Para mí sorpresa, se volvió a producir un sorprendente encuentro con una pequeña ave. En este caso con un petirrojo. Y en esta ocasión sí que tengo imágenes de su sorprendente comportamiento.

Estando de viaje, el pasado 12 de Septiembre de 2023 (ya hace casi un año como se puede comprobar en la fecha grabada en las mismas fotografías), decidimos comer en un restaurante de carretera que nos habían recomendado en el precioso Monasterio de Montesclaros. Se trata de un lugar donde comer, parada de camioneros, muy concurrido, en la gasolinera del pueblo de Fombellida, ambos lugares situados en el sur de Cantabria (norte de España). Por supuesto que recomiendo visitarlos, en un caso para disfrutar de la deliciosa belleza de un aislado monasterio en el que viven aún unos pocos monjes, y en el otro para comer sencillo, sano y a buen precio.

Después de comer decidimos esperar un rato antes de volver a coger el coche. Nos sentamos en un banco frente a una zona infantil del mismo recinto de la gasolinera. Para mi sorpresa, al poco de sentarme se posó en el suelo, no muy lejos de mí, un precioso petirrojo. Poco a poco se fue acercando a mis pies. De vez en cuando levantaba la vista para encontrar mi mirada.

Imagen propia

En total fueron cuatro las veces que se acercó esa ave. Las tres primeras, se fue acercando cada vez más hasta el punto de pasearse en el suelo distraído, casi pegado a mis pies. De vez en cuando picoteaba algo sin comer y hasta me daba la espalda. En ningún momento lo vi temeroso o preocupado. Después de la segunda visita me acerqué a por pan en la creencia de que tendría hambre. Regué el lugar de migas y en su tercera visita tomó una de ellas, pero solo para jugar lanzándola más lejos. No comió del pan, y pensé que el pan no entra dentro de su dieta.

En su última visita, después de la cual volvimos a coger el automóvil para seguir camino, no se posó en el suelo, sino en la valla que tenía justo en frente de mí, a la altura de mis ojos, a poco más de un metro de distancia. Y allí estuvo unos segundos observándome, sin que pueda explicar la razón de su sorprendente comportamiento.

Pero aunque no pueda explicarme cómo es posible que ocurran hechos tan inesperados e insólitos, en ellos encuentro una belleza que me deslumbra, un motivo para cambiar el ritmo de esta ajetreada vida, y dedicarme a disfrutar de su magia. Observar, reflexionar, sentir… y compartir.

Vivir… Vivir… Realmente… ¡vivir!


No puedo dejar de ver esa mirada menuda, fija, penetrante, inteligente, serena de un ser tan diminuto. Vislumbraba paz en su mirar, y gozo en su vivir, y entendimiento en su mirar. Una mirada en la que cabía todo un universo... Un universo en el que el amor a la vida, y al vivir, todo lo une y a todo da sentido. Por eso me pregunto si hay algún motivo que pueda hacer que renunciemos a disfrutar de este paraíso que es la naturaleza, y de este regalo que es el amor.


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
(original autentificado)



Idyllyn - Let the Night Go On
(por Dream Relaxation)



IMÁGENES PROPIAS













martes, 6 de agosto de 2024

SOLO UN EJEMPLO DE MAGIA Y FELICIDAD…


“Calla. Escucha la noche. Oye los mundos.
Mira esas luces. Huele a primavera.
Nada más que este instante prolongado,
toda mi vida aquí con tu alegría.
O con tu pena, que me da lo mismo”

José María Souvirón (1904 – 1973). España
De “Rápida plenitud”


Jonna Jinton (del vídeo)
A pesar de tener cinco blogs abiertos (¡cinco!) con temáticas diferentes, hay sensaciones, sentimientos o ideas que no sé dónde colocar. Y, tal vez, sea muy fácil hacerlo para otra persona, y yo sea el que se complica la vida, pero lo cierto es que mis emociones e ideas pueden llegar a ser muy (o demasiado) complicadas. Y no hay solución.

Al final he insertado este vídeo en este blog, sea más o menos acertado. Es muy largo, pero las emociones que a mí me ha transmitido son realmente maravillosas. De una intensidad, de una profundidad y de una belleza que me han permitido vivir algo de la hermosura que sus personajes han vivido. ¡Ha merecido la pena!

El vídeo es un maravilloso regalo. Hablan en inglés, pero se pueden poner subtítulos en español, aunque lo importante aquí, más que escuchar, es ver. Y es que no es necesario entender una sola palabra, pues son los gestos los que nos dicen todo. Incluso, yo recomendaría olvidarse de las palabras para poder centrarse completamente en esos gestos de magia y felicidad que podemos observar.

Esta mujer, y su pareja, describen en varios momentos la magia de lo que están viviendo. Y utilizan esta palabra…

Estoy seguro de que alguna persona que viera este vídeo ya estaría deseando hacer algo igual en un paraje similar. De esta manera podría mandar cientos de selfis presumiendo de lo feliz que es, de lo afortunado que es al ser como es, y de estar viviendo algo que solo él vive. Nadie más, lo que le haría especial y mejor que los demás. Ir así por la vida nos lleva a perdernos lo mejor que podemos vivir, y a demostrar muy poca estatura intelectual y emocional.

Quien así se planteara la vida no se da cuenta de que está tan centrado en presumir (esa grave y extendida enfermedad de nuestro siglo, y civilización) que no vive nada bueno. Lo que vive es una mentira cayendo en el engreimiento y la arrogancia.

Debo aclarar algo realmente muy importante. Para vivir la magia de la vida no es imprescindible hacer cosas como éstas. Simplemente se necesita sentirse a uno mismo profundamente, desplegar la propia y auténtica personalidad y emocionalidad, tomar la decisión de disfrutar de los bellos momentos y experiencias que se presenten, y encontrar el lado positivo que casi siempre existe en lo que vivimos. Y eso lo podemos conseguir perfectamente desplegando nuestra sensibilidad, esa que luchamos por ocultar cuando nos enseñan a ser adultos. ¡Sensibilidad!

En definitiva, no hace falta dinero. Solo hace falta capacidad de explorar, sentir y vivir la belleza de la vida. Y hacer un pacto con uno mismo y con la vida para descubrir la magia oculta que hay en cada hora de la vida.

Insisto… ¡Sensibilidad!


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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Ice Bath and Sauna evening | Nordic Spring
(por Jonna Jinton)



martes, 23 de julio de 2024

LA INOCENCIA COMO DON…
(ESOS MOMENTOS INOLVIDABLES EN LA VIDA)


“Cada rosa gentil ayer nacida,
cada aurora que apunta entre sonrojos,
dejan mi alma en el éxtasis sumida...
¡Nunca se cansan de mirar mis ojos
el perpetuo milagro de la vida!”

Amado Nervo (1870 – 1919). México
De “Éxtasis”


¡Su rostro muestra tan sincera e inocente excitación, que hasta creo escuchar su respiración acelerada, y cómo sus pulmones hacen juguetear el aire a mi alrededor…!

No sé si es una joven mujer o, más bien, un verdadero ángel, la que ensimismada y absorta se entrega a observar lo que hay a su alrededor, y a vivir lo que seguramente es uno de los momentos de mayor dicha de su vida. Está tan extasiada que, después de olvidar dónde está durante unos segundos, recupera apresuradamente la consciencia de lo que “debe” hacer y, turbada, decide alejarse de tan delicioso momento de sublime asombro, y cantar. Y no sería con tanta intensidad, pero estoy convencido de que siguió embriagada de felicidad durante el resto de la celebración. Sin olvidar que esos pocos segundos de éxtasis los recordará durante toda su vida, y volverán a ella los sentimientos de júbilo que se autorizó a vivir.

Me pregunto qué es lo que hizo que recuperara el sentido, bajara su cabeza y se uniera a sus compañeros… La responsabilidad, por supuesto. ¡Pero qué alto precio se puede llegar a pagar por no dejar de ser responsable…!


Los momentos inolvidables de la vida, esos que, pasado el tiempo, nos siguen llenando de una ingenua emoción, toman vida en momentos tan humildes como este.

Frente a la felicidad, la alegría o el éxtasis prefabricados, y tan artificiales como los selfies que comúnmente vemos en las redes sociales ―esos en los que solo mostramos una máscara fría y sin vida de nosotros mismos―, los momentos insuperables e inolvidables son otros.

Frente a tanta compostura y artificial imitación, los momentos más bellos e inolvidables de la vida nos llegan cuando menos los esperamos. Surgen de improviso, y nos atrapan de tal manera que nos olvidamos de nosotros mismos para dejarnos arrastrar por una emoción intensa y conmovedora que anula nuestra razón y consigue que nos olvidemos de todo lo programado.

Eso es lo que veo, y aprendo, mirando el rostro y los gestos de esa deliciosa joven que se atreve a ser ella misma en un momento tan serio. Su rostro delata su inocencia, su espontaneidad, su timidez, su repentino descubrimiento, esos segundos en los que su alma vuela libre y vive atónita un sentimiento que apenas el ser humano tiene la gentileza de vivir. Y como en todos los momentos maravillosos de la vida (los inolvidables, como digo) la inocencia es la gran protagonista. La inocencia como actitud ante la vida. La inocencia como don y dicha que esa joven aún guarda en su pecho.

Ya lo he dicho en más de una ocasión, y no me canso de repetirlo: en la inocencia, tal y como la viven los niños, se refugia la felicidad y lo más maravilloso que puede ser vivido por un ser humano. En esa inocencia, a la que tan inconscientemente renunciamos los adultos…


¿Alguien se atreve a decir a que joven me refiero?


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
(original autentificado)



Vaughan Williams - The truth sent from above
(por The Choir of Trinity College Cambridge)