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viernes, 15 de noviembre de 2024

SENSIBILIDAD 15/11/2024 – AL LLEGAR LA NOCHE…


“Me gusta pensar que la luna está ahí,
incluso si no estoy mirando”

Albert Einstein (1879 – 1955)


“Has salido del sueño como del mar. Aún húmeda,
a los sueños sonríe tu boca, dulcemente.
Brilla el sol en la hierba, pero tú ves la plata
de la luna, que en el agua duerme”

Marià Manent (1898 – 1988). España
De “Mañana”


Fotos de Stock por Vecteezy 
Cuando era más joven pensaba que la noche unía en un abrazo invisible a los amantes, a todos aquellos seres que se aman pero que, por diversas razones, no pueden unir sus manos al asomar las estrellas.

Y pensaba que la luna era como una maestra de ceremonias que daba fe del profundo y sincero amor de los amantes.

Y ahora que reparo en ello... ¡aún sigo pensando lo mismo!


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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Citrine - Beneath the Starlit Sky
(por Citrine)



domingo, 3 de noviembre de 2024

CUANDO EL TIEMPO SE DETIENE AL BORDE DEL CORAZÓN…


“Silenciará tu racionalidad y te hará creer en la magia.
Aleja el tiempo de la esfera del reloj y revela la verdad
más grande que hay en su funcionamiento, su circularidad
y su inmensidad. (…) La profundidad es obra de toda una vida”

Katherine May


“Ámame sólo como amarías al viento
cuando pasa en un largo suspiro hacia las nubes;
(…)
como al viento que pasa entre el cielo y la tierra
hablando de su vida con rumor fugitivo;
ámame como al viento ajeno a la existencia
quieta que se abre en flores,
ajeno a la terrestre
fidelidad de las cosas inmóviles,
como al viento cuya esencia es, ir sin rumbo…”

Ricardo Molina (1917 – 1968). España
De “Ámame sólo como amarías al viento...”


Foto de Priscilla Du Preez 🇨🇦 en Unsplash
Al sentarme en el sofá, frente al televisor, me detengo en una película que hace rato comenzó. “La canción del marinero”, de Klaus Härö, del año 2022.

Es una de esas películas calificadas como lentas porque no se suceden escenas de asesinato, persecuciones, venganzas, traiciones amorosas, o escenas de sexo, con la suficiente abundancia y celeridad. En un mundo que ya no sabe vivir sin acelerarse, aunque no conozca la razón y el fin para actuar así, una película sin esos ingredientes es lenta y aburrida. Para una persona muy sensible, la lentitud no tiene por qué desembocar en el aburrimiento. Incluso puede convertirse en una experiencia emocionalmente muy enriquecedora. Todo depende de cómo sentimos y de qué buscamos en la vida.

Y sin embargo, he hecho referencia a una película dramática. Tiene el “defecto” de detenerse en los silencios que dejan los diálogos, de correr lenta en los gestos de los personajes, de hacer que estos se resuman en un movimiento que parece no resistir el paso de los segundos…

Y sin embargo esta lentitud me congracia a mí con la vida. Me permite ver más allá del rostro y alcanzar el alma de los personajes. Puedo captar sus emociones en el dibujo que trazan sus manos, su rostro, sus pies, sus labios al hablar, su voz y hasta el parpadeo de sus ojos…

Afortunadamente, esta solemne lentitud llena de gestos me vuelve permeable hasta el punto de empaparme de las emociones que se transmiten en la acción (lenta acción) Me regala el tiempo suficiente para vivir otras vidas en mí vida, y comprender lo que es ajeno a mi propia vida… Aunque comprender a quien no soy yo me permite reconocerme a mí mismo.

Las personas muy sensibles no desahogamos el dolor, ni nos evadimos, consumiendo retratos de situaciones violentas. Mucho más habitual es que necesitemos vivir profunda y serenamente lo que sentimos, y que lo hagamos a través de conectar intensamente con el alma de aquella realidad sincera y natural con la que podemos empatizar y en la que podemos sumergimos. Si, como creo, todo lo que existe tiene alma, nos resulta muy fácil sintonizar con alguna realidad cuya esencia vibra al mismo ritmo que nuestras emociones.

Así sentimos… Así vivimos…


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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Denis Stelmakh & Sergey Suvid - Elements VI
(por Denis Stelmakh)



viernes, 25 de octubre de 2024

SENSIBILIDAD, ILUSIÓN Y UTOPÍA: LA INQUEBRANTABLE NECESIDAD DE SER


“¿Cómo voy a creer, dijo el fulano,
que el mundo se quedó sin utopías?

¿Cómo voy a creer
que la esperanza es un olvido
o que el placer, una tristeza?

(…)

¿Cómo voy a creer
que el horizonte es la frontera,
que el mar es nadie,
que la noche es nada?”

Mario Benedetti (1920 – 2009). Uruguay
De “Utopías”


“Y si fuera pintor, ¡con qué cuidado,
con mi pincel, por el amor guiado,
diluiría en la cándida vitela

de un abanico tu sutil figura,
entre el rosa fragante y la frescura
de un florido paisaje de acuarela”

Francisco Villaespesa (1877 – 1936). España
De “Utopía”


Foto de Javardh en Unsplash
A lo largo de mi ya extensa vida, en más de una ocasión he tenido que elegir entre ser realista, plegándome al pragmatismo y la practicidad, o ser fiel a mi sensibilidad e idealismo. Lo primero me hubiera permitido una vida tranquila pero renunciando a ver mi esencia humana aflorar en ella. Lo segundo me ha llevado siempre a la utopía en un camino lleno de imposibles y decepciones.

¿Por qué siempre el idealismo y la utopía? Porque las utopías son sueños y no sé vivir sin sueños. Mejor dicho: no sé vivir sin gozar de la ilusión de creer que hay algo mejor que la actual realidad humana. Necesito ilusionarme y entregarme apasionado a lo que hago. Y solo puedo conseguirlo teniendo fe en que es posible algo mucho más bello y bueno. Cuanto mayor es mi utopía, mayor es mi ilusión y mayor mi alegría. Y al igual que un niño, más urgencia siento y mayor es mi entrega.

¿Y no ha sido un problema? ¡Siempre! Desde niño… Amar y sentir, así de sensible e idealista, suele tener el premio de la herida. Infinitos… Y soñar así de utópico suele tener la recompensa del fracaso. Infinitos, también… A nivel social, incomprensión y, hasta cierto punto, aislamiento, algo que comprendo y con lo que no me siento incómodo.

¿Y del amor, qué digo? Una utopía más, la más bella. La que me ha traído los momentos más dolorosos, también los más deslumbrantes. Pero nada ha cambiado.

Nada ha cambiado… ni cambiará. No sé vivir sin entregarme ilusionado… como un niño.


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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Citrine - Winds Across the Hills
(por Citrine)



viernes, 4 de octubre de 2024

ALMA, SENSIBILIDAD Y BELLEZA: MÁGICO MISTERIO…


“No puede un alma ver la belleza
sin haberse hecho bella”

Plotino (205 – 270)


Foto de dominik hofbauer en Unsplash
Algo, o alguien, es bello porque tiene la capacidad de emocionarnos de forma positiva y agradable. El encuentro misterioso y mágico con la belleza nos llena de excitación, de entusiasmo y de alegría. En cierta forma, todo lo bello tiene el poder de cautivarnos y de enamorarnos, hasta cierto punto.

Pero solo podemos ser impresionados por la belleza gracias a nuestra propia sensibilidad. Cuanto más sensibles somos, más abiertos estamos para descubrir la belleza, ser impresionados por ella, y celebrar felizmente el encuentro. Incluyendo la maravillosa belleza de los detalles, que tan desapercibida pasa.

Podemos decir que somos impresionados por la belleza solo cuando esa belleza, de algún modo, vive latente en nosotros mismos. Visto así, la alegría que se produce al reconocer la belleza es, realmente, la alegría del reencuentro: la alegría de volver a unirnos con algo que sentimos que forma parte de nuestra vida con amor y alegría.

Por el contrario, si nuestra sensibilidad es menor, la belleza pasa desapercibida ante nuestros sentidos. Sorprendentemente, es como si no existiera. O, como decía hace años, es como si nuestros ojos no estuvieran capacitados para verla. Ciertamente, en estos casos, nuestra alma no está preparada para emocionarse ante su presencia.

La sensibilidad es ese misterioso y mágico resorte que permite emocionarnos ante la grandeza de todo aquello que es y de todo aquello que existe, dando sentido a nuestra vida. Más allá del grado de sensibilidad que tengamos, educarla nos permitirá ir accediendo a experiencias y mundos tan desconocidos como fascinantes.

Abrirse a la belleza sin condiciones ni límites es garantía de una vida plena y dichosa.


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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Charlie Ryder - Two Weeks Away
(por Tar Blanche – Tema)



viernes, 20 de septiembre de 2024

PRESUMIR DE REBELDIA: LO PRIMERO, SER REBELDE CON UNO MISMO


“¿Cuándo pondremos fin a la locura de hacer continuamente
lo mismo y esperar resultandos distintos?
La autocrítica permite el cambio”

Martha Beck (1962 - …). USA

“En la crítica seré valiente, severo y absolutamente justo
con amigos y enemigos. Nada cambiará este propósito”

Edgar Allan Poe (1809-1849)


Hay dos frases que son dos hitos en la sabiduría humana, y que exponen de diferente manera lo que en esencia es lo mismo:

“No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”
Confucio (551 aC – 479 aC)

“Ama al prójimo como a ti mismo”
Jesús de Nazaret (4 aC – 30)


Foto de Siora Photography en Unsplash
Y creo que las dos definen sabiamente la mejor actitud posible del ser humano hacia los demás, aclarando que no debe haber diferencia respecto de la actitud con uno mismo.

Vivir implica necesariamente conocer “lo que hay”, en nosotros y fuera de nosotros, así como posicionarnos respecto a cualquier aspecto de la vida, algo que hacemos constantemente. Aclarar que una forma de posicionarse es no posicionarse porque nada es neutral en la vida. La neutralidad nunca es neutral.

Posicionarse es imprescindible, tanto desde un punto de vista ético como práctico. Y esto nos lleva directamente a que debemos valorar, cuestionar, criticar, juzgar (y, en base a ello, tomar decisiones). Todo ello tiene muy mala fama. Se ha levantado una mano negra que tiene mucho de prejuicio, y que resulta muy dañina, en mi opinión. Lo honesto no es dejar de valorar, cuestionar, criticar, juzgar… Eso es, al contrario, deshonesto. Lo honesto es hacerlo sanamente, con buena voluntad y buen juicio. ¡Empezando por uno mismo! La sana autocrítica no está muy de moda en el mundo Occidental y, sin embargo, es esencial para la salud mental y la justicia interpersonal y social.

Yo intento seguir unas sencillas pautas de comportamiento. Para hacerlo más práctico, todos esos términos utilizados anteriormente los resumiré en la palabra “crítica” Esas pautas son, más o menos, las siguientes:

  • Intentar criticarme a mí mismo antes de que lo hagan los demás. Hacerlo honestamente, lo más objetivo que sea posible (dentro de nuestra subjetividad), nos permite replicar con sólida fundamentación las críticas recibidas, o aceptarlas con humildad y buena disposición para corregirnos. Eso no significa que haya que aceptar las críticas ajenas por el hecho de recibirlas. Como he dicho: honestidad y humildad.
  • No ofenderme con las críticas que recibo, ni siquiera cuando se realizan con mala fe o faltando a la verdad. Eso no evita que haya críticas que duelan, ya sea porque faltan a la verdad o, al contrario, por confirmar una mala actuación mía. Pero como dice otro de mis principios, “mejor arriesgarse a vivir, y equivocarse, que esconderse y renunciar a vivir, a cambio de no exponerse al error y la crítica”. Lo importante no es ser infalible, sino aprender de los errores y reconocerlos con honestidad y humildad.
  • Las críticas son provechosas incluso cuando no son sanamente realizadas. Todas permiten tomar decisiones mejoradas o enriquecedoras. Si se trata de críticas ciertas (se hagan con mejor o peor intención) me dan la oportunidad de conocerme mejor y mejorar algo en mi vida. Si se trata de críticas realizadas faltando a la verdad y con mala intención, me indican de quién me debo alejar.
  • Las críticas que más confianza me dan y que más escrupulosamente atiendo son aquellas realizadas por personas que compruebo que se critican a sí mismas con honestidad. Su buen juicio suele ser exquisito y especialmente provechoso.
  • Además, nunca olvido que mi personalidad puede ser mejor o peor aceptada. Nunca contentaré a todos con mi forma de ser, pero será muy raro que no sea aceptado por alguna persona. Está muy de moda ser popular, pero la popularidad nunca debe ser un fin en sí mismo, sino el sano resultado de lo que soy y de cómo vivo. Y la popularidad no fundamentada y que se basa en la ocultación o el engaño suele tener un recorrido muy corto. Por último, añadiré que vivir para ser popular (algo muy corriente en la actualidad) es encerrarse uno mismo en una horrible cárcel: no hay libertad, y se hace un ser ficticio de uno mismo.

Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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Airia - High On Words
(por Skyline Audio)



jueves, 29 de agosto de 2024

REBELDÍAS… LA TRAMPA DE LA RAZÓN
(y homenaje a Alfonsina Storni)


FRASE

Fuera de ley, mi corazón
a saltos va en su desazón.

Ya muerde acá, sucumbe allí,
cazado allá, cazando aquí.

Donde lo quiera yo dejar,
mi corazón no se ha de estar.

Donde lo deba yo poner
mi corazón no ha de querer.

Cuando le diga yo que sí,
dirá que no, contrario a mí.

Bravo león, mi corazón
tiene apetitos, no razón.

Alfonsina Storni (1892 – 1938). Suiza / Argentina


Rebeldías...
La primera, ¡ante el cáncer!
Este maravilloso poema de Alfonsina Storni ―que nadie destaca pero que para mí es el mejor― no debería haberse llamado “Frase”, sino “Declaración”, pues es toda una declaración de principios que hizo en la madurez de su vida. Y puedo asegurar que su voz alimenta mi inconformismo y mi rebeldía. Entre razón y pasión (mente y corazón), siempre elegiré a la última, aunque no desprecie a la primera, que será solo un recurso secundario y accesorio. Si vivir es sentir, la pasión dicta el destino, y la razón, bien instruida, busca el camino.

Si he de ser libre, he de seguir el pulso de mi corazón, arriesgarme a los extravíos de sus pasiones y locuras, embarcarme a un destino incierto en la nave de sus intuiciones, descubrir mis más ocultos sueños con la ayuda de la imaginación.

¿Y la razón? Un compañero de viaje aún más peligroso que el corazón, pues si bien me puede dar medida de todo aquello que es cauto y prudente ―y recordarme eso otro para lo que sanamente me comprometí―, también puede ser angustiosa cárcel en la que asfixiar mi vida.

La razón puede ser excusa tras la que esconder la vida. Pretexto para no sentir, para disimular miedos a uno mismo sin superar el miedo a vivir. Puede ser la coartada perfecta para una esclavitud autoimpuesta. Entregarse así a la razón es otra locura, aún mayor.

El corazón es pájaro que muere si se le hace vivir enjaulado, entre los fríos barrotes de la razón. Pero el corazón debe descubrir sus límites y empeños con ayuda de la razón.

La razón es disciplina y sometimiento. El corazón es libertad y rebeldía. Mi corazón debe ser libre y apasionado, pero necesita de la razón para no extraviarse en medio de la confusión. Y precisa de la rebeldía para no caer encadenado y sumiso en las traicioneras redes de la fría lógica de la razón.

Insisto, ¿y la pasión? ¡Puro deleite del auténtico vivir! Y aunque parezca ilógico decirlo: ¡razón de vida!


LA TRAMPA DE LA RAZÓN
(Homenaje a Alfonsina Storni)

Mi razón dice que mate
antes de ser muerto,
pero mi corazón
me aconseja que muera
antes de que pudiera matar.

Hay rebeldías honestas
que me exigen abrazar
decisiones funestas:
renunciar a mi propia vida
si ello fuera preciso,
accediendo a tan dolorosa entrega.

Y yo lo acepto
en contra de la razón,
ya que de no seguir
este doloroso precepto
que ahora reivindico,
daría vida a mi cuerpo
ofendiendo a mi corazón,
pues yo ya no sería yo,
y mi alma habría muerto.

Emilio Muñoz


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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Maryna Buksha - Premier Bal (4-4) (Philippe Antomarchi)
(por Philippe Antomarchi)



domingo, 25 de agosto de 2024

SOY LIBRE…
(SUPERAR EL MIEDO A VIVIR, PENSAR Y SENTIR)


“No es «el miedo al desamor por donde sangra el mundo», como dijo
el buen poeta gaditano, José Manuel Caballero (1926 – 2021),
sino el miedo a no saber qué hacer con la propia vida
en situaciones de riesgo…
A no saber encontrar la forma de sobrevivir, pensar y sentir
sin renunciar a la propia sensibilidad, en el caso de que un día
hubiera que afrontar la vida sin contar con nadie más…
Apostando por la vida sin temor a lo que pudiera pasar,
sea lo que fuere”

Emilio Muñoz


Foto de Bruno Guerrero en Unsplash
No temo al miedo
aunque tenga que vivir
con tan asfixiante compañero,
pues como una enfermedad
en sus tóxicas entrañas
vive la semilla de la ansiedad.

Y bien digo
que no es el peligro
el causante de tanto mal
en el mundo y a la humanidad,
sino el temor al miedo
que distorsiona la realidad;
el mismo mal que cercena
nuestra confianza
y ofende nuestra dignidad.

Y me reafirmo en no caer
en el grave error
de luchar contra esos fantasmas
buscándolos en el exterior,
cuando solo mi mente
de su traición puede ser causa.

Y vengo a declarar
que solo de mi depende
vivir en libertad;
que no es una elección
que de otros penda,
pues yo soy el que elijo
lo que es por mi deseado vivir,
que no es una ofensa
escoger lo que prefiero pensar
y darme la libertad
de dejarme guiar
por mi auténtico sentir…
Por todo aquello que nada
ni nadie me puede robar.

Pienso y siento…
Siento y pienso…
Y la misma curiosidad
que a lo largo de mi vida
ha alimentado mi conocimiento,
y me empujó a vivir lo que siento,
me regala, ahora y siempre,
mi libertad.


Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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Kyle Preston - Fear Not the Water
(por Kyle Preston)