MI BLOG MÁS QUERIDO, Y NECESARIO DEBATE (de niños, adultos-niños y sensibilidad para un mundo mejor)

viernes, 20 de septiembre de 2024

PRESUMIR DE REBELDIA: LO PRIMERO, SER REBELDE CON UNO MISMO


“¿Cuándo pondremos fin a la locura de hacer continuamente
lo mismo y esperar resultandos distintos?
La autocrítica permite el cambio”

Martha Beck (1962 - …). USA

“En la crítica seré valiente, severo y absolutamente justo
con amigos y enemigos. Nada cambiará este propósito”

Edgar Allan Poe (1809-1849)


Hay dos frases que son dos hitos en la sabiduría humana, y que exponen de diferente manera lo que en esencia es lo mismo:

“No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”
Confucio (551 aC – 479 aC)

“Ama al prójimo como a ti mismo”
Jesús de Nazaret (4 aC – 30)


Foto de Siora Photography en Unsplash
Y creo que las dos definen sabiamente la mejor actitud posible del ser humano hacia los demás, aclarando que no debe haber diferencia respecto de la actitud con uno mismo.

Vivir implica necesariamente conocer “lo que hay”, en nosotros y fuera de nosotros, así como posicionarnos respecto a cualquier aspecto de la vida, algo que hacemos constantemente. Aclarar que una forma de posicionarse es no posicionarse porque nada es neutral en la vida. La neutralidad nunca es neutral.

Posicionarse es imprescindible, tanto desde un punto de vista ético como práctico. Y esto nos lleva directamente a que debemos valorar, cuestionar, criticar, juzgar (y, en base a ello, tomar decisiones). Todo ello tiene muy mala fama. Se ha levantado una mano negra que tiene mucho de prejuicio, y que resulta muy dañina, en mi opinión. Lo honesto no es dejar de valorar, cuestionar, criticar, juzgar… Eso es, al contrario, deshonesto. Lo honesto es hacerlo sanamente, con buena voluntad y buen juicio. ¡Empezando por uno mismo! La sana autocrítica no está muy de moda en el mundo Occidental y, sin embargo, es esencial para la salud mental y la justicia interpersonal y social.

Yo intento seguir unas sencillas pautas de comportamiento. Para hacerlo más práctico, todos esos términos utilizados anteriormente los resumiré en la palabra “crítica” Esas pautas son, más o menos, las siguientes:

  • Intentar criticarme a mí mismo antes de que lo hagan los demás. Hacerlo honestamente, lo más objetivo que sea posible (dentro de nuestra subjetividad), nos permite replicar con sólida fundamentación las críticas recibidas, o aceptarlas con humildad y buena disposición para corregirnos. Eso no significa que haya que aceptar las críticas ajenas por el hecho de recibirlas. Como he dicho: honestidad y humildad.
  • No ofenderme con las críticas que recibo, ni siquiera cuando se realizan con mala fe o faltando a la verdad. Eso no evita que haya críticas que duelan, ya sea porque faltan a la verdad o, al contrario, por confirmar una mala actuación mía. Pero como dice otro de mis principios, “mejor arriesgarse a vivir, y equivocarse, que esconderse y renunciar a vivir, a cambio de no exponerse al error y la crítica”. Lo importante no es ser infalible, sino aprender de los errores y reconocerlos con honestidad y humildad.
  • Las críticas son provechosas incluso cuando no son sanamente realizadas. Todas permiten tomar decisiones mejoradas o enriquecedoras. Si se trata de críticas ciertas (se hagan con mejor o peor intención) me dan la oportunidad de conocerme mejor y mejorar algo en mi vida. Si se trata de críticas realizadas faltando a la verdad y con mala intención, me indican de quién me debo alejar.
  • Las críticas que más confianza me dan y que más escrupulosamente atiendo son aquellas realizadas por personas que compruebo que se critican a sí mismas con honestidad. Su buen juicio suele ser exquisito y especialmente provechoso.
  • Además, nunca olvido que mi personalidad puede ser mejor o peor aceptada. Nunca contentaré a todos con mi forma de ser, pero será muy raro que no sea aceptado por alguna persona. Está muy de moda ser popular, pero la popularidad nunca debe ser un fin en sí mismo, sino el sano resultado de lo que soy y de cómo vivo. Y la popularidad no fundamentada y que se basa en la ocultación o el engaño suele tener un recorrido muy corto. Por último, añadiré que vivir para ser popular (algo muy corriente en la actualidad) es encerrarse uno mismo en una horrible cárcel: no hay libertad, y se hace un ser ficticio de uno mismo.

Emilio Muñoz
Pensar y sentir

© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
(original autentificado)



Airia - High On Words
(por Skyline Audio)



2 comentarios:

  1. A veces no es fácil distinguir qué críticas son malintencionadas. Hay personas que disimulan muy bien. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quien desnuda el alma y muestra su inocencia, no engaña.

      Es cierto que hay imitadores profesionales que lo hacen muy bien, especialmente si no se les puede ver, pero es solo cuestión de tiempo que se les pueda descubrir.

      Y, por último, en consonancia con lo que he dicho, lo más importante de una crítica es que uno pueda sentir que es cierta, la hayan hecho con la intención que la hayan hecho. Y para eso no hay nada como dejarse guiar por la conciencia. Esa nunca nos miente.

      En estas aguas tenemos que lidiar!!!! No hay opción...

      Un enorme abrazo, querida amiga!!!

      Eliminar