“Bailo bajo el destello de las luces.
Bailo para mi amante, Romeo,
mientras me levanta por encima del escenario.
Bailo por amor.
Bailo por la vida”
Edith Eger (1927 - …). Actual Eslovaquia
Superviviente del campo de concentración de Auschwitz
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| Edith Eger |
Esta cita contiene parte de la narración que hace Edith Eger cuando, con tan solo dieciséis años, fue llevada al campo de concentración de Auschwitz y tuvo que bailar frente al genocida Josef Mengele (1911 – 1979), “el ángel de la muerte”, en el barracón donde había sido llevada, lo que le salvó la vida. Era el primer día en el campo de concentración, y su madre ya había sido llevada al crematorio por orden del propio Mengele.
Edith, que posteriormente estudió Psicología, disciplina que ejerció profesionalmente, nos recuerda en ese pasaje cómo consiguió liberarse del horror en el que vivía inmersa en aquel momento y sentir la pulsión de la vida que le arrastraba por pura necesidad de sobrevivir física y emocionalmente.
Poco antes, mientras bailaba con la música de El Danubio azul de Johann Strauss, describe su espanto:
“Bailo. Bailo. Estoy bailando en el infierno.
No puedo soportar ver al verdugo
mientras decide nuestro destino.
Cierro los ojos”
Y termina dándonos una de las lecciones más importantes que pueden ser aprendidas en la vida, imprescindible para no olvidar cuál debería ser siempre nuestra actitud y elección:
“Es la primera vez que veo que podemos decidir:
Podemos prestar atención a lo que hemos perdido
o prestar atención a lo que nos queda”
Y es que podemos perder mucho, pero nunca lo perdemos todo. Siempre hay belleza suficiente ante nosotros y nunca faltan las oportunidades para vivirla. Y con ella, la ilusión…
La belleza deja de existir cuando cerramos los ojos (del alma). Y perdida la ilusión, la vida se marchita.
Emilio Muñoz
Pensar y sentir
© TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
(original autentificado)
(por Natalie Samaniego)
Bello video, y si es posible uno debe seguir y disfrutar de la vida. Te mando un beso.
ResponderEliminarHay otra mejor razón (o excusa) para vivir que el goce de la belleza que se nos ofrece generosamente, unas veces con mayor abundancia, y otras con menos? Cierto que no, querida Citu?
EliminarEs cierto que la vida nos puede poner en serios apuros, y lo decisivo en estos casos es la actitud y empeño con el que nos respondemos. Porque, al final, siempre lo decisivo es no ponernos obstáculos nosotros mismos y, en la medida de lo posible (o imposible) crear oportunidades.
Un enorme abrazo, querida amiga!!!
Querido amigo, uno decide como vivir, hermoso ejemplo de amor por la vida frente al horror.
ResponderEliminarEstoy bailando en un infierno
pero mi destino lo manejo yo
disfrutando cada suspiro
que lleno de amor.
hago de mi infierno un cielo.
regando mi camino, con caricias de ternura
abrazos de contención
Una flor esta creciendo dentro de mi corazón
y no hay infierno que pueda destruirla
Porque la cuido con empeño y pasión.
Emilio querido la fuerza interior nos rescata del horror, del dolor.
En este caso la fuerza de una mujer, casi niña que de pronto se sintió poderosa y resistió.
Una entrada maravillosa de una época terrible de la historia, gracias querido Emilio por llegar al interior del lector, haciendo que veamos que todo es posible, es el milagro de la vida.
Cariños y besos mi querido amigo
Lo primero, muchas gracias, querida Noemí, por ese precioso e inspirador poema que nos regalas. Es una verdadera delicia leerlo. Y que crezca libre, sana, robusta y bella esa flor!!!
EliminarFuerza interior... Leyendo a Edith queda claro que lo suyo fue puro instinto de supervivencia. Ten en cuenta que se llevaron a cuatro de los cinco miembros de una familia, los que vivían en la vivienda familiar. Salió a bailar porque Mengele se acercó al barracón acompañado de una pequeña orquesta, y pidió que alguna de las mujeres bailara para él. Las compañeras sabían de su habilidad para el baile, y la empujaron. Después de un momento de incertidumbre, y la exigencia del propio Mengele, se puso a bailar mecanicamente. horrorizada. Por lo que ella misma relata, debía estar en estado de shock. No solo sabía que acababan de llevar a su madre al crematorio del campo de concentración. No sabía dónde y cómo estaba su padre, que había ingresado con ella. Y a su lado tenía a su hermana mayor, también aterrorizada.
Solo el instinto la permitiía moverse, y solo el milagro de su cerebro, que la aislo del lugar donde bailaba, le permitió crear una realidad paralela en la que ella podía vivir algo de belleza. No se trataba de una diversión, sino de un refugio en el que poder recuperar alog de si misma y de la vida.
La vida puede llegar a avanzar en más de una dirección simultánea. Lo importante es que nos haga bien y que no haga mal.
Por supuesto, coincido plenamente con tu valoración. Gracias a tí por tu generosidad!!!
Y un enorme abrazo siempre, querida amiga!!!
Que no nos falte la ilusión. Un beso
ResponderEliminarQué no nos falte la ilusión, querida Susana!! Ni la fortaleza para afrontara las dificultades. Ni la confianza en nosotros mismos. Ni la clarividencia. Todo ello lo necesitamos para mantener el equilibrio en un mundo y una vida que no resulta fácil. Pero, excepto en casos extremos, se puede conseguir!!!
EliminarUn enorme abrazo, querida amiga!!!
Pensar en el horror de esa guerra y en la falta de memoria de esa humanidad del consumismo y de los derechos sin obligaciones del mundo de hoy, no hace más que reforzar lo que creo ... "la estupidez humana no tiene límites".
ResponderEliminarLa historia de Edith Eger no la conocía, ahora sí ya ha sido gracias a ti.
Un fuerte abrazo, querido Emilio. Aprendo mucho contigo, gracias.
Muchas gracias, por tu comentario. Si añado algo a tus conocimientos que valoras, o simplemente al placer de leer, bienvenido sea. Y es mutua la apreciación que haces. Yo también aprendo mucho de tí, mi querido sabio, de lo que dices, y del ejemplo de vida que hay en lo que haces.
EliminarComo decía antes en otro blog, qué serios nos ponemos cuando tocamos el tema social!!! Y creo que no es para menos. Al igual que estoy maravillado con la enorme capacidad del ser humano para crear belleza, estoy horrorizado con esa otra capacidad que tenemos para destruir, dañar y actuar con salvaje violencia.
La barbarie de la Segunda Guerra Mundial se produjo en un contexto en el que se miraba para otro lado porque la sociedad ya se había auutoimpuesto la oblgiación de ser y mostrarse feliz. Justo como ahora, que hemos olvidado, que miramos el horror como si fuera una más de las miles de películas de violencia que se producen en el mundo.
No me extenderé más. Solo añadiré lo que dijo el filósofo español Jorge Ruíz de Santayana: “Quién olvida su historia esta condenado a repetirla” La amnesia tiene graves consecuencias...
Un enorme abrazo, querido amigo!!! Y cuídate mucho, que te necesitamos!!!
La música, tu música de hoy, misteriosamente bella.
ResponderEliminarEl vídeo entero, con esa maravillosa imagen que ha puesto Natalie, es misteriosamente bello... Impactante... Y creo que estarás de acuerdo.
EliminarEmilio, uno puede perdonar pero olvidar nunca
ResponderEliminarLa supervivencia te hace hacer cosas que en otros momentos no harías para poder sobrevivir a ese infierno.
Admirable actitud sobre la vida, seguir adelante fortalecido.
Abrazos y besos querido Emilio
Cierto, querida Liz. Como acabo de comentar recordando al filósofo Santayana, olvidar nos aboca a volver a cometer los errores. Más aún: no aprender de los errores y modificar lo que no funciona bien en nuestro cerebro (que es el problema de fondo) nos aboca a las mismas acciones. Y me da miedo de solo pensarlo,, entre otras cosas porque veo paralelismos...
EliminarY Edith es admirable, sí. Toda su vida es un ejemplo de humanidad y de humanismo. Una pena que no se difunda más su ejemplo de vida!!! Y un grave error...
Un enorme abrazo, querida amiga!!! Besos y abrazos!!!