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domingo, 29 de marzo de 2020

PUDE... PUEDO... PODRÉ… (DE LA VIDA Y EL AZAR)


“Azar, azar, rosa vital,
espectro fugitivo”

Alejandro Duque Amusco (1949 - …)
De “Análisis de la luz”


Creo que raramente reparamos en lo mucho que el destino, el azar o la fortuna juegan en nuestra vida. Porque pensamos, erróneamente, que nuestra vida es el resultado de nuestras decisiones, razonadas o no. Y, sin embargo, hay a menudo hechos fortuitos que seguramente cambian radicalmente el curso de nuestra vida.

Llegar tarde a una cita y conocer a alguien especial. O poder atender a una interesante propuesta de trabajo porque no pudimos salir de vacaciones. O descubrir algo importante que dejamos pasar por alto porque tuvimos mucho tiempo para pensar en la parada del autobús. O descubrir el súbito interés y preocupación de un profesor por nuestro futuro. O, al contrario, la torpeza de hacer un mal gesto en el momento menos oportuno, echando por tierra una bella amistad. O sufrir un grave accidente por al vernos deslumbrados por el sol de atardecer en una curva peligrosa y desconocida... Por no hablar de lo que hicimos y nunca debimos hacer o de lo que no hicimos y hubiera estado bien haber hecho.

Image by PublicDomainPictures from Pixabay
Si lo pensamos bien, nuestra vida podría haber sido completamente distinta en base a circunstancias imposibles de controlar. Y hay miles de caminos diferentes, en diferentes momentos de nuestra vida, que podríamos haber tenido que seguir por la imposición del azar. Nuestros planes diarios se han visto continuamente desbaratados. Nuestras metas más deseadas y ambiciosas se han visto continuamente truncadas o, en el mejor de los casos, alteradas.

Por eso, cuando nos quejamos de lo que pudo haber sido y no fue (o de lo que es y querríamos que fuera), nos amargamos por algo que no tiene remedio, y nos olvidamos de que hay miles de circunstancias que podrían haber hecho nuestra vida más agradable o más ingrata. Y si nos jactamos de nuestra buena fortuna, nos olvidamos de que ésta puede cambiar en cualquier momento y amargar nuestro presente y futuro. Puede que seamos el producto de nuestras decisiones, pero creo que nuestra vida tiene más que ver con hechos fortuitos que con decisiones racionales y deliberadas.