¿QUÍEN INCENDIA TU ALMA CON UNA MÚSICA SUBLIME?

“El ser humano que no tiene música en sí mismo,

y no se mueve por la concordia de dulces sonidos,

está inclinado a traiciones, estratagemas y robos;

las emociones de su espíritu son oscuras como la noche,

y sus afectos, tan sombríos como el Érebo:

no hay que fiarse de tal ser humano.

¡Atiende a la música!”

William Shakespeare (1564 – 1616)

De “El mercader de Venecia”

Foto de Leif Christoph Gottwald en Unsplash

El pasado 10 de Julio publiqué en este mismo blog “La música que desprende el alma” en el que planteaba que cada alma emite una música única. Esta es mi convicción desde hace ya muchos años. Lo curioso es que el texto de Shakespeare que da entrada a este post lo leí, más o menos, un mes después de publicar aquella entrada. La alegría que sentí fue intensa, porque me hizo comprender que por muy rara que sea mi forma de pensar y sentir (que poco común es, lo reconozco, y no siempre para agrado de quien lee), hay más raros en cualquier lugar del mundo y en cualquier momento de la historia.

Ahora añado algo más: que esa música se puede sentir cuando transformamos cada gesto en una emoción, y cada emoción en una nota musical que resuena en nuestro interior. Es como si en el alma tuviéramos un piano y cada gesto percibido presionará una tecla concreta de ese piano. Pero no todas las melodías pueden ser agradables…

Y añado también que las almas se comunican, y no son las palabras las verdaderas protagonistas, sino esa música que se desprende de cada gesto, de cada sonido, de cada vocablo, de cada entonación… Podemos comprender el pensamiento de un ser humano a través de la palabra, pero solo accedemos a su alma cuando las almas se conectan a través del lenguaje especial de la música que desprenden. De alguna forma, el alma de otro ser humano puede llegar a tocar tan bellamente nuestra alma que hace surgir en nosotros esa maravillosa impresión.

Cuando así pensé, tal y como describo ahora, me pregunté quiénes, con su presencia y amor, hicieron desprender de mi alma las más bellas melodías. ¡Ah, bendita vida! Descubrí que las más ardientes, de entre todas las bellas, surgieron del mutuo enamoramiento: ninguna tan mágica como la que se desprende al vivir una historia de amor perdidamente enamorados. Y otra que también llega a ser fascinante, y provoca unas melodías sublimes en el alma es cuando se disfruta de la alegría y la inocencia de los niños. O cuando, sin ser niños, pude compartir la vida disfrutando del adorable espíritu de la niñez. Pocas cosas lo pueden igualar o superar. De hecho, creo que ninguna en mí…

Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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Dustin O'Halloran - Opus 23
(por Dustin O'Halloran)

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UN SENTIDO DE LA VIDA PROFUNDO Y NOBLE…

“Pero por el amor de Dios, madre, ¿es inútil todo aquello

que no llena la bolsa de dinero, todo aquello

que no nos procura una posesión inmediata?

Johann Wolfgang Goethe (1749 – 1832)

“Limitarse a perseguir lo útil, en definitiva,

reseca el espíritu. Cultivar lo ‘inútil’ nos ayuda

a dar un sentido profundo y noble a la vida”

Nuccio Ordine (1958 – 2023)

¿Nuestro modo de vivir es sano?

A saber, vivimos con urgencia, llenando las horas de actividades supuestamente útiles, en un ejercicio vital pasmosamente estresante, competitivo y consumista (que es lo que da prestigio social), convertidos en publicistas de nuestra supuesta felicidad gracias a las redes sociales y a los selfies. Pero me temo que pasamos por la vida sin mirarla, sin saborearla, sin pensar…

Foto de Anthony Tran en Unsplash

Afortunadamente hay otros placeres que, considerados inútiles, llenan la vida de sentido, de paz, de logro, de importancia. Son todas esas actividades que no alimentan la carne, ni el traicionero ego, ni el bolsillo sin fondo… sino el espíritu.

En un mundo que se entrega al dudoso placer de la comida rápida, tanto para el cuerpo como para el alma, que no tiene tiempo para degustar lo que hace porque no es capaz de centrarse en ello, tenemos la alternativa de lo considerado inútil.

Me estoy refiriendo a la serena degustación de los clásicos de la literatura, de las músicas que nos llenan de emociones inenarrables, de las artes de la representación y del movimiento. Todas ellas haciendo de la admiración de la belleza y de la reflexión sobre la vida su eje central.

Pero no es hay que contentarse con ser solo meros espectadores: también se puede intentar experimentar lo que es interpretar y crear! Estas son las actividades más enriquecedoras para el ser humano, las que más elevan su espíritu y las que le proveen de un equilibrio psíquico y emocional duradero. Y realmente no es difícil probar, solo lo impide el miedo escénico porque nos importa demasiado lo que piensen los demás.

Romper con este mundo estresante de competición por todo, y disfrutar de la lentitud, del silencio, de la reflexión serena, de la charla amena, de la humildad al actuar, de la grandeza al soñar… para ser nosotros mismos y recuperar nuestra humanidad. Porque lo digo alto y claro: se está dando la paradoja de que este diabólico consumismo nos estás consumiendo a nosotros y a nuestro mundo.

Todo ser humano lleva un niño, un soñador, un artista… pero tal vez haya que despertarlos.

Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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TWO LANES – Epilogue
(por TWO LANES)

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LO QUE DEBES AMAR (JOSÉ MARTÍ)

LO QUE DEBES AMAR

Debes amar

la arcilla que va en tus manos;

debes amar

su arena hasta la locura

y si no,

no la emprendas que será en vano;

sólo el amor

alumbra lo que perdura…

sólo el amor

convierte en milagro el barro…

Debes amar

el tiempo de los intentos;

debes amar

la hora que nunca brilla;

y si no,

no pretendas tocar Lo cierto…

sólo el amor

engendra la maravilla

sólo el amor

consigue encender lo muerto…

José Julián Martí Pérez (1853 – 1895)

Fuente: Internet

Yo, que no soy sabio, y poco puedo añadir a lo que dejo escrito el sabio Martí en este maravilloso poema. Destaco esos dos versos en los que resume que “solo el amor | engendra la maravilla”. Solo el buen y sano amor, sin elementos extraños, vivido transparentemente y con inocencia, puede ser la base de una vida feliz y de las más maravillosas experiencias. Del buen amor vivido se puede esperar todo, tristeza de lo demás: “solo el amor | consigue encender lo muerto…”

Y amar “hasta la locura”, que se ama con el alma, sin medida, apasionadamente. Amar con la mente, midiendo los pasos, no es amor. ¡Arrebatador!

De Martí admiro, como es característico en mí, su sensibilidad, su pasión por la vida y el detalle, su opción por los pequeños placeres y vivencias, su honestidad, su compromiso, su coherencia. Hay demasiadas cosas que podemos admirar de este intelectual cubano. Ante todo fue una buena persona llena de sabiduría.

Acompaña este post el tema “Solo el amor” de cantante Silvio Rodríguez, de la Nova Trova cubana, que recoge con fidelidad el poema, excepto en su título. Según parece, nunca destacó que la letra de su canción la obtuvo del poema de Martí.

Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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Silvio Rodríguez – Solo el amor
(por ramon franco aponte)

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“AVE MARÍA” DE CACCINI

¡Y un olor de imposible, de placer no extinguido

y saciado, ese más que tiene la belleza,

laberinto sin clave, sin fin y sin sentido,

que nace con locura y muere con tristeza!

Juan Ramón Jiménez (1881 – 1958)

Ayer, nuestro muy querido amigo Enrique, nos regaló una bellísima interpretación del “Ave María” del compositor austriaco Franz Peter Schubert (1797 – 1828), interpretado por la soprano rusa Aída Emílevna Garifúllina (1987 - …), en su blog “El otro blog de Enrique en Blogger” (seguir enlace). Recomiendo escuchar esta maravilla que con tanto acierto ha escogido Enrique.

Encantado por su aportación, recordé otro Ave María que escuché por primera vez hace pocos años (soy un amante selectivo de la música clásica y la lírica, pero ni mucho menos un especialista). Se trata del “Ave María” del compositor italiano Giulio Caccini (1551 -1618), interpretado por el conocido coro de niños Libera.

¡Va por ti, admirado y entrañable amigo Enrique! Pero para disfrute de todos los que se acerquen hasta nuestras casas…

Emilio Muñoz
Pensar y sentir

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Libera - Ave María (Giulio Caccini)
(por Alejandro Gabriel Atia / Music)

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